MOSAICO MULTIETNICO Y PLURICULTURAL
Desde tiempos prehispánicos el tianguis de Tlacolula de Matamoros ha sido el de mayor convocatoria en los Valles Centrales de Oaxaca, y aunque cada pueblo tiene su día de plaza, éste en específico tiene un colorido especial, que atrae a visitantes nacionales y extranjeros tanto por su tamaño como por la gran variedad de trajes típicos y lenguajes que se congregan cada domingo en las calles de esta población.
Tlacolula se encuentra a 30 kilómetros de la capital de Oaxaca y en este lugar se congregan vendedores, productores, e intermediarios de diversos mercancías, que van desde legumbres, frutas, artículos de uso diario en el campo, además de huaraches, ropa y zapatos.
Hay quienes también venden guajolotes, pollos, conejos, mezcal, tepache, y artesanías de madera, sonajas talladas en jícaras, objetos de piel, cuchillería, y productos de uso diario como cerillos, estropajos, ollas, sartenes y cucharas de diferentes tipos.
Las mujeres o familias completas con canastos en mano o bolsas de mandado llamadas petacas se congregan para la compra venta, muchas de ellas visten tradicional con sus grandes y coloridos rebozos, algunos de seda y otros de manta que usan para guardar sus productos adquiridos.
El domingo se vuelve una algarabía. Desde muy temprano las calles del centro del pueblo zapoteco se llenan de olores, colores y sabores de los productos expuestos sobre tablas o como lo hacen los vendedores de San Marcos Tlapazola y San Bartolomé Quialana: en el suelo.
Visitar este mercado es volver al pasado con aromas del presente y recordar el trueque ancestral con toque modernista.