Un lienzo blanco se transforma poco a poco, pareciera que las flores se imprimen en este espacio abierto y que las mariposas vienen a posarse en esas flores y en poco tiempo ese espacio de llena de vida está listo para pasear, presumirlo o simplemente disfrutarlo.
No es una pintura al óleo ni una fotografía, es una camisa bordada por manos expertas y diseñada por el originador de este estilo, Edgardo Villanueva Cuevas, quien desde hace ya varios años realiza esta actividad que ha tenido éxito y que ahora muchos copian y venden en diferentes mercados pero a pesar de todas las copias, siguen siendo reconocidas por muchas personas hasta del extranjero que llegan a la ciudad de Oaxaca expresamente a comprar sus diseños.
Cada mañana inicia su ritual, toma un lienzo de manta tejida en sus telares de pedal y comienza a buscar la forma de transformarlo. Sus ayudantes le complementan el bordado, y tiene a su cargo a varias colaboradoras que bordan estas majestuosas camisas, muchas ya están en circulación en el extranjero, o en la ciudad de México y otras se pasean constantes en la ciudad de Oaxaca.
Edgardo Villanueva Cuevas forma parte de la quinta generación de textileros, dice que su familia se ha dedicado siempre a elaboración de prendas a base de tejidos de telar de pedal originalmente hacían rebozos, los tradicionales de bolitas pero debido a lo costoso en la elaboración dejaron de hacerlo para cambiar de giro.
El lleva 28 años dedicado a esta actividad, la inspiración y la inquietud lo llevó a transformar la manta tradicional en algo innovador, y comenzó diseñando sobre las camisas símbolos prehispánicos, como calaveras, huesos, grecas, soles, hongos, peces, delfines y otras figuras.
Aclara que el lienzo se llama manta, y que puede ser manta de lino, algodón, seda y otros materiales que se puedan elaborar, como lo que está usando ahora, hilo de bambú.
Actualmente su estilo ya es más sofisticado pero aun así realiza los diseños que los clientes le piden, desde figuras tradicionales como flores, mariposas, grecas, manos, pies, hasta ensamblados de aplicaciones de vestidos de tehuanas, tapetes de Teotitlan o calado de chatinos y triquis.
Para el ya no hay límites, y está dispuesto a realizar el trabajo que le requieran, puede ser desde una camisa, hasta uniformes para diferentes hoteles y restaurantes con los logotipos y emblemas de cada negocio bordándolos en las camisas sin perder la originalidad de la fusión entre la manta y su ingenio.
Aunque pequeño, su negocio ubicado en García Vigil #304, en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca, se da espacio para combinarlo con las explicaciones que da a los compradores y visitantes extranjeros sobre los simbolismos en sus camisas.
En el taller donde elabora sus camisas tiene lo necesario, telar de pedal, máquinas de coser, suficientes rollos de hilos, botones de jícara, coco, madera y otros materiales además de mucha pasión por su trabajo porque como él dice, ” no importa si partes de cero o tienes los recursos, lo importante es como lo hagas producir y resolver tus problemas y salir adelante, que tengas la creatividad suficiente, porque muchos dicen que la situación es difícil pero no buscan la manera de comercializar su producto o innovarlo para hacerlo más atractivo”.